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17 de abril de 2010

"Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar" / "It takes two years to learn to speak and sixty to learn to shut up"

"It takes two years to learn to speak and sixty to learn to shut up"

Ernest Hemingway (1899-1961)


O, como dice nuestro refranero, con un indudable sentido común y buen humor: "En boca cerrada, no entran moscas"

El genial Hemingway tenía razón, pero creo que aún se /quedaba corto:
Se tarda casi media vida en hablar correctamente, y casi toda la vida en no hablar más de la cuenta.
Y, muchas veces, tampoco se consigue jamás ni lo uno ni lo otro.

Lo ideal sería:

Hablar lo imprescindible para hacerse entender y, al mismo tiempo, escuchar atentamente para comprender lo que dicen los demás
Ser amable: elogiar las cualidades y buenas acciones ajenas y silenciar las críticas innecesarias
Y seguir hablando solo cuando sea oportuno, sin perder la calma y el sentido común...

Decir siempre la verdad
Hablar siempre en defensa de la vida, la paz, la libertad y la justicia
Hablar siempre en favor de los derechos humanos, la igualdad, la dignidad y la amistad entre todos los pueblos de la Tierra

No hablar nunca en favor del fanatismo, el dogmatismo y la irracionalidad
No hablar nunca en apoyo del racismo, las guerras, el odio, el enfrentamiento, la separación o la discriminación entre diferentes indivíduos o pueblos

Pero sí hablar siempre en contra de las dictaduras y estructuras políticas o religiosas fanáticas y contrarias a los derechos humanos, los sistemas económicos injustos que toleran el hambre y la pobreza y las organizaciones criminales de cualquier ralea causantes de la delincuencia, (terrorismo, atentados, secuestros, delitos sexuales, robos, estafas, tráfico de personas, de armas, de drogas, etc)

Y también hablar siempre en defensa de los pobres, de los explotados y de las víctimas de la opresión, la injusticia y la falta de libertad democrática

Y hablar alto y fuerte a los dirigentes políticos de la Tierra rogándoles y exigiéndoles que acaben de una vez con el hambre, las guerras, las muertes de niños por falta de agua potable y asistencia médica, la ignorancia, el analfabetismo, la inexistencia de medios de vida, de trabajo, de vivienda, etc

Ver estos deprimentes datos mundiales:

5000 niños mueren cada día de hambre y por falta de agua potable
1000 millones de personas pasan hambre
2000 millones son pobres
1400 millones carecen de asistencia sanitaria
300 millones no tienen trabajo
1000 millones son analfabetos
1000 millones carecen de vivienda
1000 millones no tienen electricidad


Por eso, aunque se tarde en conseguir alguna de estas justas reivindicaciones, hay que seguir insistiendo, con buen sentido común, hablando lo justo; con paciencia y amabilidad pero también en voz alta y con energía ...


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(Y, precisamente, este artículo demuestra que aunque voy aprendiendo a hablar, todavía me falta bastante para aprender a callar)...

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