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Exposición a la radiación ultravioleta (UV): Tanto la luz solar como las lámparas de bronceado pueden dañar la piel y aumentar el riesgo de cáncer.
Tipo de piel: Las personas con piel clara, cabello rubio o pelirrojo y ojos claros tienen mayor riesgo, ya que su piel tiene menos protección natural contra los rayos UV.
Historial personal o familiar: Tener antecedentes de cáncer de piel en la familia aumenta la probabilidad de desarrollarlo.
Edad: Aunque puede aparecer a cualquier edad, el riesgo aumenta con los años debido a la acumulación de daño solar.
Sistema inmunitario debilitado: Las personas con enfermedades que afectan el sistema inmunológico o que han recibido tratamientos como radioterapia tienen mayor riesgo.
Lunares y lesiones precancerosas: Tener muchos lunares o queratosis actínicas puede aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de piel.
Reducir la exposición a los rayos UV y realizar chequeos dermatológicos regulares puede ayudar a prevenir el cáncer de piel.
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Carcinoma basocelular: Es el más común y suele aparecer en forma de nódulo rosado o pigmentado con tendencia a la ulceración y sangrado. Se desarrolla principalmente en áreas expuestas al sol, como la cara.
Carcinoma espinocelular: Es el segundo más frecuente y suele manifestarse en zonas como la cara, los antebrazos y el dorso de las manos. Puede crecer rápidamente e invadir ganglios linfáticos cercanos.
Queratosis actínica: Aunque no es un cáncer en sí mismo, es una lesión precancerosa que puede evolucionar hacia un carcinoma espinocelular. Se presenta como manchas ásperas y escamosas en la piel.
La exposición prolongada y sin protección a los rayos ultravioleta es el principal factor de riesgo para estos tipos de cánceres
La exposición al sol sin protección puede aumentar el riesgo de desarrollar melanoma, un tipo agresivo de cáncer de piel.
MELANOMA; CAUSAS, SINTOMAS, EVOLUCION, PREVENCION yTRATAMIENTO
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina en los melanocitos, las células que producen el pigmento que da color a la piel. Aquí tienes un resumen de sus aspectos clave:
Causas: La principal causa es la exposición a la luz ultravioleta (UV), ya sea del sol o de fuentes artificiales como camas de bronceado. También influyen factores genéticos y antecedentes familiares.
Síntomas: Puede manifestarse como un lunar que cambia de tamaño, forma o color. También puede aparecer como una nueva lesión pigmentada con bordes irregulares y colores variados.
Evolución: Si no se detecta a tiempo, el melanoma puede extenderse a otras partes del cuerpo, formando metástasis y volviéndose más difícil de tratar.
Prevención: Se recomienda evitar la exposición excesiva al sol, usar protector solar, ropa adecuada y realizar autoexploraciones periódicas para detectar cambios en la piel.
Tratamiento: Incluye cirugía para extirpar el tumor, inmunoterapia, terapia dirigida y, en algunos casos, radioterapia o quimioterapia.
Si tienes dudas sobre alguna lesión en la piel, lo mejor es consultar a un dermatologo.
Aquí tienes algunas recomendaciones clave para protegerte:
Usa protector solar con un factor de protección superior a 50 y reaplícalo cada dos horas.
Evita la exposición directa al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos.
Utiliza ropa protectora, como prendas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV.
Busca sombra siempre que sea posible, especialmente en las horas más calurosas.
Realiza autoexploraciones de la piel regularmente y consulta a un dermatólogo ante cualquier cambio sospechoso en lunares o manchas.
El melanoma es prevenible en gran medida si se adoptan buenos hábitos desde la infancia.