30 de octubre de 2011
FUGAS de GAS en DOMICILIOS: Causas, medidas de PREVENCION y actuaciones urgentes / Prevention of GAS leaks in homes
CAUSAS Y RIESGOS DE LAS FUGAS DE GAS
Las fugas o escapes de GAS BUTANO o GAS CIUDAD producen cada año incendios y explosiones, con muertes, lesiones por quemaduras, intoxicaciones y destrución de edificios.
Las principales causas de estos accidentes se deben a instalaciones inadecuadas, averías (rotura, corrosión, etc), descuidos negligentes o mal uso de los aparatos de combustión por parte de algunos usuarios.
Los gases combustibles, ya se trate de BUTANO (más de 50 millones de bombonas al año se venden/consumen en España), PROPANO, GAS NATURAL, GAS CIUDAD, GAS del ALUMBRADO o CAMPING-GAS son potencialmente PELIGROSOS debido a los siguientes motivos o circunstancias:
Porque son inflamables; las acumulaciones por fugas dentro de un recinto sin salida pueden incendiarse o explosionar violentamente por cualquier chispa eléctrica o presencia de fuego (cerillas, fumar, interruptores o aparatos electricos, etc)
Porque su inhalación resulta tóxica en lugares cerrados; producen asfixia y/o graves daños cerebrales si se inhalan durante un cierto periodo de tiempo, especialmente cuando la víctima no se da cuenta del escape (por ejemplo, si la fuga ocurre durante el sueño). El butano y el propano producen, además, somnolencia y pèrdida del conocimiento.
Porque el uso de aparatos de gas (cocinas, estufas, calentadores, hornillos, etc) en lugares sin ventilación adecuada, (cuartos de baño o habitaciones cerradas) - aunque funcionen correctamente - pueden dar lugar a privación de oxígeno por falta de renovación de aire, y/o a una acumulación de monóxido de carbono (CO) (combustión incompleta) y causar una intoxicación grave o incluso mortal.
Por ello se hace necesario el máximo cuidado en el manejo de dichos combustibles y aparatos procurando aplicar las siguientes
MEDIDA PREVENTIVAS PARA EVITAR LAS FUGAS Y EFECTOS DEL GAS EN LUGARES CERRADOS
Cuando no se utiliza el gas o en las ausencias del domicilio, hay que cerrar las llaves de paso del gas de la vivienda, de las bombonas o de los aparatos correspondientes (estufas, cocinas, calentadores, etc)
Evitar que se apague la llama mientras se cocina o se usa un aparato (riesgos por derramientos de líquidos al hervir, corrientes de aire o viento, etc.)
La instalación, arreglo de averías y revisiones periódicas deben ser llevadas a cabo por servicios técnicos autorizados y nunca por el propio usuario.
En las conexiones utilizar únicamente los tipos de mangueras homologadas y certificadas oficialmente; otras diferentes pueden averiarse por falta de resistencia produciendo fugas. Cada aparato (cocinas, calentadores, estufas, etc) debe conectarse de acuerdo con las instrucciones de sus fabricantes.
Atención a la fecha de caducidad exigida en que deba sustituirse.
El cambio de bombona o cilindro ha realizarse cerrando primero la llave o interruptor del regulador o cabezal; y tener tambien cerrado el interruptor del aparato correspondiente y siempre lejos del fuego u otras fuentes de calor, evitando fumar, encender cerillas, etc, en las inmediaciones.
Al conectar el regulador a la bombona hay que verificar su perfecto encaje y firmeza entre ambos.
Las bombonas o cilindros de gas propano y butano deben estar siempre en posición vertical.
Si se observa que la llama no es estable y azulada, (si crepita o tiene tonos rojos o amarillos o el humo ensucia los recipientes de cocina) es probable que exista una combustión deficiente que precise la sustitución o limpieza de los quemadores u otros elementos del aparato, por lo que debe avisarse a un operario técnico para que los revise.
Evitar que las tuberías o mangueras estén en contacto con superficies calientes
No hay que usar ningún aparato de combustión a gas en lugares sin ventilación (los calentadores deben montarse fuera de los cuartos de baño, en un lugar con acceso al exterior; si se usa una estufa de gas en un cuarto de baño u otra habitación hay que mantener abiertas las puertas o las ventanas.)
Las casas o locales donde se instalen o funcionen aparatos de combustión a gas deben tener rejillas o aberturas de ventilación, siendo aconsejable que sus dimensiones mínimas sean de entre 25 y 30 cm2, y que se comuniquen directamente con la parte exterior del edificio o con canalizaciones de aireación adecuadas para esta finalidad ; dichas aberturas han de estar permanentemente abiertas, sin obstáculos de muebles u objetos que dificulten la evacuación de gases y la renovación del aire interior (aplicable especialmente en cocinas, pero también en otras estancias como salones y terrazas acristaladas/cerradas, etc)
La situación, número y dimensiones de las referidas aberturas de ventilación estarán también en función del tipo de habitáculo y tipo de gas y aparatos que se utilicen, por lo que deben seguirse las istrucciones de los arquitectos e instaladores técnicos; es conveniente que existan, por lo menos, dos aberturas por estancia: una a ras de suelo y otra a más altura.
Cuando se trate de gas butano/y/o propano, como pesan más que el aire ambiental, si hubiera una fuga, los gases se depositarían primero a ras de suelo: por eso una de dichas aberturas se debe instalar en la parte más baja posible del piso. La parte superior de la abertura a de estar situada a 30 cm del suelo.
Respecto al gas natural o gas ciudad, que es más tenue y volatil, se exigen además otras condiciones y requisitos (como la existencia de mayor altura - 1,80 cm. o superior - de una de las aberturas de ventilación)
Exiaten otros requisitos especiales para el uso del gas en sótanos, cuevas, minas, obras, contenedores usados como viviendas u oficinas, caravanas, furgonetas, barcos, trenes, aviones, etc. en los que habrá que efectuar las instaciones y adaptaciones adecuadas para la renovación del aire y la seguridad, aunque muchos de estos medios o vehículos ya poseen sistemas idóneos propios desde su fabricación o construcción (extractores, conductos de ventilación, detectores, etc)
En todos los casos es conveniente seguir las instrucciones y someterse a la inspección de los ingenieros y técnicos responsables de las empresas constructoras y/o de los compañías suministradoras
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MEDIDAS URGENTES EN CASO DE FUGA O INCENDIO
En caso de DETECTARSE o SOSPECHAR que existe una FUGA DE GAS (olor a gas, aparato abierto sin llama, etc) hay que ADOPTAR de INMEDIATO las siguientes MEDIDAS:
Ventilar la casa, abriendo todas las puertas y ventanas
Cerrar las llaves de todos los aparatos, bombonas de gas butano o propano, etc y tambien la general de paso de la casa (si se trata de gas ciudad)
Desconectar la corriente eléctrica.
No encender linternas, ni accionar interruptores de la luz ni ningún aparato eléctrico y ni siquiera usar el teléfono hasta después de ventilar la casa.
No fumar ni encender cerillas
Si se hubiera producido una EXPLOSIÓN o iniciado un INCENDIO, no entrar y llamar de inmediato a los bomberos o a emergencias desde el exterior de la casa (en España a los teléfonos 080 y 112)
Tanto si de descubre la fuga como si no, abstenerse de "reparar" la avería y llamar al servicio técnico.
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OTRAS RECOMENDACIONES
No permitir que los niños manipulen los aparatos y mantenerlos vigilados para evitar quemaduras u otros accidentes durante su funcionamiento.
Disponer la existencia de extintores en uso (no caducados) y aprender su funcionamiento y manera de actuar en caso de pequeños incendios (en los incendios importantes o peligrosos, es mejor alejarse del lugar y llamar a los bomberos)
También es una buena idea instalar un detector de gases dotado de un sistema de alarma (ya sea para gas natural, butano, propano y también para monóxido de carbono)
En caso de que exista negligencia en el uso o mantenimiento de las instalaciones de gas, el usuario titular de la vivienda será responsable de los daños y/o lesiones causados por el siniestro.
Si la vivienda estuviera alquilada, también podría ser reponsable subsidiario el propietario de la misma si no hubiera realizado las obras de ventilación e instalaciones adecuadas para evitarlo.
Es prudente contratar un seguro de resposabilidad civil que cubra el coste de los daños, lesiones, etc, caso de producirse un siniestro causado por el gas.
Aparte de lo expuesto, y la vista de los riesgos que implican las instalaciones y el consumo de estos tipos de combustible, parece aconsejable sustituirlos por otros sistemas menos peligrosos, como puede ser la calefacción centralizada con radiadores de agua caliente y/o la energía eléctrica.
Su mayor seguridad, comodidad y limpieza compensan los gastos del cambio de instalación y su coste diario no es muy superior, sobre todo si se recurre al apoyo de fuentes renovables (energía eólica, solar, geotérmica, etc.)
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